El viaje al principio de los tiempos comienza hoy en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas del CERN, en Suiza. El mayor y más caro acelerador de partículas del mundo, el LHC, entrará en funcionamiento a partir de las 9 de la mañana, cuando el primer haz de protones recorra sus 27 kilómetros de largo.
(Puede seguir en el directo el acontecimiento desde este enlace)


El objetivo: simular el big bang a pequeñísima escala, la explosión que ocurrió hace 15.000 millones de años y que dio origen al universo. De esta manera, los 10.000 científicos de 85 países que trabajan en el LHC esperan resolver las grandes cuestiones: de dónde viene todo y cómo hemos llegado hasta aquí, de qué está hecho el mundo y por qué todo es como es.

En el interior del LHC, una especie de tubo circular subterráneo entre la frontera suiza y francesa, cerca de Ginebra, se lanzarán dos haces de protones en dirección opuesta. Correrán a un 99,9999991% de la velocidad de la luz y cuando choquen -está previsto que colisionen en cuatro puntos concretos- recrearán las condiciones que reinaban inmediatamente después del big bang.

Sin embargo, las primeras colisiones, y por lo tanto los primeros datos, quizás no se produzcan mañana, pues aún hay que calibrar los instrumentos que forman el acelerador y ajustar las mediciones. Lo que se pretende en el primer día de funcionamiento oficial del LHC es lograr que los protones den la vuelta al anillo de 27 kilómetros que forma el núcleo del acelerador.

"Al principio no lo vamos a lograr, es un proceso muy complejo. Son 27 kilómetros y habrá defectos que corregiremos por el camino", explica el científico español Antonio Vergara Fernández, responsable de la parte de hardware del LHC. En torno a las 9.06 de hoy se lanzará el primer haz de protones, probablemente en el sentido de las agujas del reloj -aunque ayer esta cuestión todavía estaba por decidir-.

Una vez se haya comprobado que circula de forma correcta, se lanzará otro haz en la dirección contraria. Si todo va según lo previsto, Europa habrá conseguido poner en marcha el experimento civil más ambicioso y sofisticado de la historia -en la década de 1980 Estados Unidos comenzó la construcción de un acelerador de partículas de características similares, pero paralizó el proyecto por falta de financiación-. Aun así, los responsables del CERN destacan el carácter internacional de este experimento, cuyo presupuesto supera los 6.000 millones de euros y que ha tardado veinte años en hacerse realidad.
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